Manhattan o Manjatan es el nombre de una isla en la desembocadura del río Hudson en el norte del Puerto de Nueva York y también de uno de los cinco boroughs (distritos metropolitanos) que forman la ciudad de Nueva York.
Manhattan es también el nombre que tomo un proyecto militar que acabaría con la vida miles de japoneses durante la 2ª Guerra Mundial.
El Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto científico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes de que la Alemania nazi la consiguiera. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos.
Selección de centros de investigación vinculados al Projecto Manhattan
El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas (física, química, ciencias informáticas). Dado que, tras los experimentos en Alemania previos a la guerra, se sabía que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear se reunieron varias mentes brillantes que eran también pacifistas e izquierdistas en su mayoría. Exiliados judíos muchos de ellos, hicieron causa común de la lucha contra el fascismo aportando su grano de arena a la causa: conseguir la bomba antes que los alemanes.
El primer ensayo atómico exitoso ocurrió en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México. El test se llamó Trinity y el dispositivo detonado se denominó con nombre en clave Gadget. Se trataba de una bomba-A de plutonio del tipo Fat Man, el mismo tipo de bomba que sería lanzada sobre Nagasaki días después de haber lanzado la de Hirosima. En la actualidad este lugar está marcado por un monolito cónico negro de silicio resultado de la fusión de la arena bajo el efecto del calor provocado por la explosión.
En la carrera por la bomba nuclear, los alemanes tenían el Proyecto Uranio y los soviéticos la Operación Borodino.
El científico alemán Otto Hahn descubrió en 1938 que era posible la fisión nuclear. El hallazgo del físico, corroborado en Suecia por su colega y amiga la Doctora Lise Meitner y el sobrino de ésta Otto Frisch, fue publicado en la revista científica "Die Naturwissenschaften" y causó revuelo en todos los círculos científicos del mundo. El 29 de abril de 1939, Otto Hahn daba una conferencia en la ciudad de Washington disertando sobre la reacción en cadena que desataba la fisión de un átomo. Para ese entonces, los políticos no se percataron de lo que significaba el descubrimiento del doctor Hahn, pero en Alemania, siendo una autarquía, inmediatamente fue suspendida la exportación de uranio y fue nombrada una comisión para investigar la utilidad práctica de la teoría del Doctor Hahn.
Cinco meses después, el Departamento de Producción de Armamento de la Wehrmacht, creó el Proyecto Uranio con el propósito de investigar las posibilidades de emplear la reacción en cadena de una fisión nuclear, en armas explosivas con un poder, hasta entonces inimaginable para los militares.
El proyecto fue encargado a los doctores Kurt Diebner y Erich Bagge. Diebner fundó el Instituto de Física Kaiser Wilhelm y llamó al doctor Otto Hahn y a otros científicos, entre ellos, Werner Heisenberg, Paul Harteck y Carl Friedrich von Weizsäcker, para que se incorporaran al programa. Los laboratorios de Berlín estarían a cargo de von Weizsäcker y Wirtz, mientras que Heisenberg dirigiría el instituto en Leipzig. Un tercer equipo conformado por personal de la Luftwaffe realizaría sus investigaciones en Berlín-Gattow.
En 1945, cae Berlín y los aliados occidentales capturan a los científicos alemanes del Proyecto Uranio. Otto Hahn, Max von Laue, Walter Gerlach, Werner Heisenberg, Paul Harteck, Carl Friedrich von Weizsäcker, Karl Wirtz, Erich Bagge, Horst Korsching y Kurt Diebner son detenidos y enviados a Farm Hall en Inglaterra. Entre los materiales incautados, los estadounidenses envían a Estados Unidos 1200 toneladas de Uranio-235, un isótopo inestable del uranio.
Los científicos alemanes, fueron mantenidos juntos para secretamente grabar sus conversaciones, las que luego de ser transcritas eran enviadas al general estadounidense Leslie R. Grove, director militar del Proyecto Manhattan. Cuando Estados Unidos lanza las bombas atómicas en Japón, los custodios británicos le permiten al Dr. Hahn escuchar las noticias que dan a conocer las explosiones, primero en la ciudad de Hiroshima y luego Nagasaki. Horrorizado, Hahn se lo comunica a los otros científicos haciendo cada uno de ellos los comentarios que fueron grabados también. Sus conversaciones iniciales eran de descrédito, pensando que se trataba de noticias forjadas, pues según las teorías que ellos manejaban, se hubieran requerido más de 10 toneladas de uranio para producir tan devastadoras explosiones. Hahn, sintiéndose culpable por haber descubierto la fisión atómica, cae en una profunda depresión causando la preocupación de sus compañeros.
El análisis de las grabaciones convence a los británicos y estadounidenses que el Proyecto Uranio, no estuvo finalmente buscando la posibilidad de construir una bomba atómica, sino un reactor que pudiera ser utilizado, por ejemplo, para la generación de electricidad. Los científicos alemanes permanecieron encarcelados hasta enero de 1946, cuando fueron liberados.
Sin embargo, cierto material histórico recién descubierto complica la historia... y la hace mucho más interesante.
Por ejemplo, en febrero de 1942, los oficiales del ejército alemán que eran responsables del desarrollo de armamento describieron los progresos del Proyecto Uranio en un informe titulado "Producción de energía a partir del uranio". En ese trabajo, descubierto recién en la década del 80, los militares se basan exclusivamente en los descubrimientos de Hahn, Harteck, Heisenberg y los demás científicos que trabajaban en el proyecto. El reporte termina diciendo que el uranio-235, que constituye sólo el 0,7% de todo el uranio natural —el resto es uranio-238, no fisionable— podría usarse para construir un arma nuclear millones de veces más potente que el mejor explosivo convencional. También argumenta que un reactor nuclear, una vez puesto en marcha, podría producir plutonio, al que describe como "un explosivo de fuerza comparable" a la del uranio. Sigue diciendo que "la masa crítica de un arma semejante sería de entre 10 y 100 kg", lo cual está muy cerca de las estimaciones de los aliados (6 de noviembre de 1941): de 2 a 100 kg. Este dato está registrado en la historia oficial del Proyecto Manhattan, que se conoce como "Informe Smyth".
También se ha descubierto que el 3 de noviembre de 1941, una segunda solicitud de patente que fue reenviada con el mismo título: "Extracción técnica de energía, producción de neutrones y manufactura de nuevos elementos mediante la fisión del uranio o elementos pesados semejantes". Pero esta nueva versión se diferenciaba de la otra en dos puntos importantes: primero, el titular era ahora el Instituto Kaiser Wilhelm en lugar de von Weizsäcker solo. En segundo lugar, se la había censurado minuciosamente, quitando toda mención a bombas o explosivos nucleares.
Von Weizsäcker
El hecho de expurgarla de toda referencia al armamento estaba reflejando el cambio de suerte de la guerra: en noviembre de 1941 ya no era posible una rápida victoria alemana, al menos no como lo hubiese sido a principios del mismo año.
Estos y algunos documentos que han ido saliendo a la luz confirman que Alemania estuve lo suficientemente cerca de haber hecho cambiar la historia.
Manhattan es también el nombre que tomo un proyecto militar que acabaría con la vida miles de japoneses durante la 2ª Guerra Mundial.
El Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto científico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes de que la Alemania nazi la consiguiera. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos.
Selección de centros de investigación vinculados al Projecto Manhattan
El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas (física, química, ciencias informáticas). Dado que, tras los experimentos en Alemania previos a la guerra, se sabía que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear se reunieron varias mentes brillantes que eran también pacifistas e izquierdistas en su mayoría. Exiliados judíos muchos de ellos, hicieron causa común de la lucha contra el fascismo aportando su grano de arena a la causa: conseguir la bomba antes que los alemanes.
El primer ensayo atómico exitoso ocurrió en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México. El test se llamó Trinity y el dispositivo detonado se denominó con nombre en clave Gadget. Se trataba de una bomba-A de plutonio del tipo Fat Man, el mismo tipo de bomba que sería lanzada sobre Nagasaki días después de haber lanzado la de Hirosima. En la actualidad este lugar está marcado por un monolito cónico negro de silicio resultado de la fusión de la arena bajo el efecto del calor provocado por la explosión.
En la carrera por la bomba nuclear, los alemanes tenían el Proyecto Uranio y los soviéticos la Operación Borodino.
El científico alemán Otto Hahn descubrió en 1938 que era posible la fisión nuclear. El hallazgo del físico, corroborado en Suecia por su colega y amiga la Doctora Lise Meitner y el sobrino de ésta Otto Frisch, fue publicado en la revista científica "Die Naturwissenschaften" y causó revuelo en todos los círculos científicos del mundo. El 29 de abril de 1939, Otto Hahn daba una conferencia en la ciudad de Washington disertando sobre la reacción en cadena que desataba la fisión de un átomo. Para ese entonces, los políticos no se percataron de lo que significaba el descubrimiento del doctor Hahn, pero en Alemania, siendo una autarquía, inmediatamente fue suspendida la exportación de uranio y fue nombrada una comisión para investigar la utilidad práctica de la teoría del Doctor Hahn.
Cinco meses después, el Departamento de Producción de Armamento de la Wehrmacht, creó el Proyecto Uranio con el propósito de investigar las posibilidades de emplear la reacción en cadena de una fisión nuclear, en armas explosivas con un poder, hasta entonces inimaginable para los militares.
Proyecto Uranio
El proyecto fue encargado a los doctores Kurt Diebner y Erich Bagge. Diebner fundó el Instituto de Física Kaiser Wilhelm y llamó al doctor Otto Hahn y a otros científicos, entre ellos, Werner Heisenberg, Paul Harteck y Carl Friedrich von Weizsäcker, para que se incorporaran al programa. Los laboratorios de Berlín estarían a cargo de von Weizsäcker y Wirtz, mientras que Heisenberg dirigiría el instituto en Leipzig. Un tercer equipo conformado por personal de la Luftwaffe realizaría sus investigaciones en Berlín-Gattow.
En 1945, cae Berlín y los aliados occidentales capturan a los científicos alemanes del Proyecto Uranio. Otto Hahn, Max von Laue, Walter Gerlach, Werner Heisenberg, Paul Harteck, Carl Friedrich von Weizsäcker, Karl Wirtz, Erich Bagge, Horst Korsching y Kurt Diebner son detenidos y enviados a Farm Hall en Inglaterra. Entre los materiales incautados, los estadounidenses envían a Estados Unidos 1200 toneladas de Uranio-235, un isótopo inestable del uranio.
Los científicos alemanes, fueron mantenidos juntos para secretamente grabar sus conversaciones, las que luego de ser transcritas eran enviadas al general estadounidense Leslie R. Grove, director militar del Proyecto Manhattan. Cuando Estados Unidos lanza las bombas atómicas en Japón, los custodios británicos le permiten al Dr. Hahn escuchar las noticias que dan a conocer las explosiones, primero en la ciudad de Hiroshima y luego Nagasaki. Horrorizado, Hahn se lo comunica a los otros científicos haciendo cada uno de ellos los comentarios que fueron grabados también. Sus conversaciones iniciales eran de descrédito, pensando que se trataba de noticias forjadas, pues según las teorías que ellos manejaban, se hubieran requerido más de 10 toneladas de uranio para producir tan devastadoras explosiones. Hahn, sintiéndose culpable por haber descubierto la fisión atómica, cae en una profunda depresión causando la preocupación de sus compañeros.
El análisis de las grabaciones convence a los británicos y estadounidenses que el Proyecto Uranio, no estuvo finalmente buscando la posibilidad de construir una bomba atómica, sino un reactor que pudiera ser utilizado, por ejemplo, para la generación de electricidad. Los científicos alemanes permanecieron encarcelados hasta enero de 1946, cuando fueron liberados.
Sin embargo, cierto material histórico recién descubierto complica la historia... y la hace mucho más interesante.
Por ejemplo, en febrero de 1942, los oficiales del ejército alemán que eran responsables del desarrollo de armamento describieron los progresos del Proyecto Uranio en un informe titulado "Producción de energía a partir del uranio". En ese trabajo, descubierto recién en la década del 80, los militares se basan exclusivamente en los descubrimientos de Hahn, Harteck, Heisenberg y los demás científicos que trabajaban en el proyecto. El reporte termina diciendo que el uranio-235, que constituye sólo el 0,7% de todo el uranio natural —el resto es uranio-238, no fisionable— podría usarse para construir un arma nuclear millones de veces más potente que el mejor explosivo convencional. También argumenta que un reactor nuclear, una vez puesto en marcha, podría producir plutonio, al que describe como "un explosivo de fuerza comparable" a la del uranio. Sigue diciendo que "la masa crítica de un arma semejante sería de entre 10 y 100 kg", lo cual está muy cerca de las estimaciones de los aliados (6 de noviembre de 1941): de 2 a 100 kg. Este dato está registrado en la historia oficial del Proyecto Manhattan, que se conoce como "Informe Smyth".
También se ha descubierto que el 3 de noviembre de 1941, una segunda solicitud de patente que fue reenviada con el mismo título: "Extracción técnica de energía, producción de neutrones y manufactura de nuevos elementos mediante la fisión del uranio o elementos pesados semejantes". Pero esta nueva versión se diferenciaba de la otra en dos puntos importantes: primero, el titular era ahora el Instituto Kaiser Wilhelm en lugar de von Weizsäcker solo. En segundo lugar, se la había censurado minuciosamente, quitando toda mención a bombas o explosivos nucleares.
Von Weizsäcker
El hecho de expurgarla de toda referencia al armamento estaba reflejando el cambio de suerte de la guerra: en noviembre de 1941 ya no era posible una rápida victoria alemana, al menos no como lo hubiese sido a principios del mismo año.
Estos y algunos documentos que han ido saliendo a la luz confirman que Alemania estuve lo suficientemente cerca de haber hecho cambiar la historia.
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