A pesar de aquel gélido frio y la humedad reinante que calaba hasta los huesos, Germán, junto a su hermana Sandra , algo menor que el, habían salido del refugio ofrecido por aquella chabola que su padre había construido a base de desperdicios de madera y chapa que había ido recogiendo por los vertederos . Desde donde se encontraban, debido a la orografía del terreno, ya que el solar donde les habían permitido al menos de momento instalarse estaba situado a las afueras de la población y unos metros por encima de ella, podían ver perfectamente la gran avenida por la que dentro de unos minutos iban a pasar aquellos tres reyes a la grupa de sus gigantescos camellos y acompañados de aquellos pajes que les servían de ayudantes. También podían ver el final de esta, que terminaba en una plaza donde se habían instalado tres tronos bellamente engalanados sobre un estrado construido ex profeso para aquel acontecimiento.
.- ¿Qué nos van a traer a nosotros?.- Preguntó la niña
ilusionada.
.- No creo que nos traigan nada, estamos muy altos y los
reyes no podrán subir hasta aquí.- Germán sin mirarla, pero sin soltar la manita
de su hermana, intentó que Sandra no se llevase una desilusión al esperar que la colmasen de regalos como había ocurrido en el pasado.
.- ¿Y la carta que les mandamos?.- Se refería a una carta que habían escrito y que el muchacho lanzó al aire tras haberle dado forma de avión.
.- No se, a lo peor no la han recibido, no me salió muy bien.
No quiso explicarle que los estúpidos Reyes Magos, al igual que Papa Noel y Santa, solo te regalan cosas cuando tienes dinero.
.- ¿Y la carta que les mandamos?.- Se refería a una carta que habían escrito y que el muchacho lanzó al aire tras haberle dado forma de avión.
.- No se, a lo peor no la han recibido, no me salió muy bien.
No quiso explicarle que los estúpidos Reyes Magos, al igual que Papa Noel y Santa, solo te regalan cosas cuando tienes dinero.
Sin pretenderlo su mente retrocedió apenas un año, solo un año.
Se habían levantado de la
cama el día de reyes y habían encontrado toda la habitación llena de regalos,
no era lo que ellos habían pedido, pero aunque mas modestos a ellos les había
producido una gran satisfacción, en especial a su hermana. Por supuesto, el a
sus diez añitos ya sabía quienes eran los verdaderos responsables de tal
evento. Había sido en el colegio, donde Rubén el niño mas rebelde pero que era
su amigo, lo había estado explicando dándoselas de importante al estar rodeado
de un grupo de compañeros. También les había dicho como se hacen los niños, y que
el, había pillado varias veces a sus padres haciendo a su hermanito en diferentes
posturas, por lo visto debía doler mucho porque los dos gemían según el .
Apenas un par de meses después de terminar aquellas navidades oyó a sus padres hablar, el paro se había acabado, ya no iban a recibir ni un
euro más. Su madre se había puesto a llorar y su padre apenas si podía contener
las lágrimas. Unos meses después había llegado un hombre acompañado de
la policía y les habían echado de casa. Parecía que había pasado un siglo.
Después de tirarlos de muchos lugares donde habían pretendido montar su chabola, al fin la policía parecía haber hecho la vista gorda y les permitían seguir allí. Su padre, gracias a esos desechos mencionados, había construido para ellos una pequeña residencia donde poder estar mas o menos confortables, dentro de lo delicado de la situación. Disponían de un pequeño comedor, un rinconcito que hacía las veces de cocina y dos pequeños dormitorios donde dormir sus padres y ellos. Incluso disponían de ventanas, que Julián su padre, había hecho con unos trozos de un material que había encontrado y que tenía un nombre muy difícil de pronunciar, metaquilatro, al fin había aprendido a pronunciar aquello que parecía plástico. Con un cable enterrado en el suelo hasta el poste eléctrico mas cercano se abastecían de electricidad, con la que podían alimentar un frigorífico y un televisor, que alguien, en mejor situación que ellos había abandonado junto al contenedor de basura, posiblemente los habrían renovado por otros mas modernos. También tenían una estufa de leña que el hombre había encontrado en el derribo de un chalet.
Su madre, Laura, lograba no sin esfuerzos que la casa estuviese lo mas limpia de tierra posible, e incluso había puesto algunas plantas en la ventana y en la entrada de lo que
ahora era su hogar.
.-¡Mira, mira! ¡Ya llegan!.- Sandra se puso a dar saltos de alegría al ver aparecer a los Magos. German por su parte intento sonreir al ver a su hermana, pero en sus labios apenas si se dibujo una mueca.
Habían pasado casi dos horas y el acto de reparto de regalos en la plaza llegaba a su fin. Laura había salido un par de veces a decirles que se iban a quedar helados y que la cena estaba sobre la mesa, pero Sandra no había querido entrar y su hermano no estaba dispuesto a dejarla sola.
.-Bueno, esto ya se ha acabado, vamos para adentro.-
La niña agachó su cabecita compungida pero sin soltar un lamento, aferrando la mano de su hermano entró junto a este en la choza. Enseguida sintieron un agradable calorcito , la estufa de leña que Julián había encendido hacía que aquel refugio fuese mas acogedor.
Se hallaban cenando al tiempo que veían el televisor cuando un tumulto se escuchó fuera de la morada.
Sus padres se miraron entre contrariados y asustados durante unos instantes que fué los que tardó Julian en reaccionar. Se levantó, fue hacia la puerta y salió al exterior con un palo que pensaba utilizar en la estufa. Los dos niños corrieron junto a su madre y esta les cobijo junto a ella sin perder de vista la entrada.
No había transcurrido un minuto cuando el hombre volvió a entrar por la puerta, su rostro estaba resplandeciente con una amplia sonrisa que le llegaba de oreja a oreja.
.- ¡Salid fuera!¡De prisa salid fuera!.- Gritó a su familia que le miraban sorprendidos.
Los cuatro salieron fuera y la escena les dejo helados, pero no de frío.
Los tres reyes, sus monturas y cuatro pajes, todos ellos precediendo a un centenar de personas del barrio mas cercano se estaban acercando hacia ellos. Entre ellos el señor Joaquín, el tendero del barrio que aún resistía a pesar de la presión que los supermercados ejercían sobre los pequeños comercios. Doña Antonia, una anciana mujer que vivía sola y a la cual su nieta visitaba con frecuencia para ayudarle. La señora Enrriqueta, harto refunfuñona pero con un grandisimo corazón, acompañada de Claudio, su esposo, quien no hablaba por no pecar. Así hasta un centenar de personas aproximadamente. Las mismas que meses atrás habían evitado que les echasen de aquella chabola, las mismas que dentro de sus posibilidades les ayudaban con alimentos, ropa e incluso algún dinero todas las semanas. Las mismas que no habían dejado a las asistentas sociales mandar a los niños a un centro estatal.
Todos ellos tenían en gran estima a aquella familia que debido a la situación estaban pasando malos tiempos, y ahora, se habían unido para que German y Sandra tuviesen aquel año sus regalos de reyes. Para Julian y Laura también había una grata sorpresa. A don Severino, uno de los vecinos mas pudientes de la barriada, le había quedado vacido uno de los cuatro pisos que tenía alquilados, entre todos le habían convencido para que lo alquilase a la familia sin ningún tipo de entrada y a un precio casi simbólico.
Los García siempre recordarían aquel día de reyes como el mejor día de sus vidas.
.- ¡Salid fuera!¡De prisa salid fuera!.- Gritó a su familia que le miraban sorprendidos.
Los cuatro salieron fuera y la escena les dejo helados, pero no de frío.
Los tres reyes, sus monturas y cuatro pajes, todos ellos precediendo a un centenar de personas del barrio mas cercano se estaban acercando hacia ellos. Entre ellos el señor Joaquín, el tendero del barrio que aún resistía a pesar de la presión que los supermercados ejercían sobre los pequeños comercios. Doña Antonia, una anciana mujer que vivía sola y a la cual su nieta visitaba con frecuencia para ayudarle. La señora Enrriqueta, harto refunfuñona pero con un grandisimo corazón, acompañada de Claudio, su esposo, quien no hablaba por no pecar. Así hasta un centenar de personas aproximadamente. Las mismas que meses atrás habían evitado que les echasen de aquella chabola, las mismas que dentro de sus posibilidades les ayudaban con alimentos, ropa e incluso algún dinero todas las semanas. Las mismas que no habían dejado a las asistentas sociales mandar a los niños a un centro estatal.
Todos ellos tenían en gran estima a aquella familia que debido a la situación estaban pasando malos tiempos, y ahora, se habían unido para que German y Sandra tuviesen aquel año sus regalos de reyes. Para Julian y Laura también había una grata sorpresa. A don Severino, uno de los vecinos mas pudientes de la barriada, le había quedado vacido uno de los cuatro pisos que tenía alquilados, entre todos le habían convencido para que lo alquilase a la familia sin ningún tipo de entrada y a un precio casi simbólico.
Los García siempre recordarían aquel día de reyes como el mejor día de sus vidas.
Un relato muy bueno y en la Comunidad gustará.
ResponderEliminarEs estupendo que te hayas unido a nosotros, estoy muy contenta.
Un abrazo y besos, amigo.
Nada Leona, que no me acostumbro a poner la respuesta en su sitio. El comentario de abajo es para ti, gracias por esta agradable visita.
EliminarYo también estoy contento de pertenecer a vuestra comunidad. Tenía muchas ganas de participar, así, que un poco a toda prisa empecé a pensar en que podía escribir. Espero que os guste, aunque lo importante era estar junto a vosotros.
ResponderEliminarUn besazo guapa.
Ya hemos empezado las votaciones y vas en cabeza.
EliminarAún es pronto porque espero que se anime a votar alguien más de los que no han participado en esa actividad, pero me da que serás el ganador.
Un besote.
Un relato muy bueno.
ResponderEliminarCreí que habias dejado esto de los blogs, veo que vuelves y con fuerza.
Lo he tenido que dejar durante un tiempo a causa de el trabajo, aunque echaba mucho de menos este pequeño universo.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un fortísimo abrazo.
¡Hola CasasREales. Muy emotivo el relato, muy de Navidad, muy abocado a desplegar sentimientos y enarbolar la bandera de la emoción y el corazón palpitante. Es una historia cercana, que nos acerca al seno de la familia y la ilusión de ese momento mágico, que al final viven con análoga euforia niños y adultos. Un abrazo grande y Feliz Navidad.
ResponderEliminarSolo pretendía que este "cuento" se hiciese eco de los problemas de miles de personas hoy en día. Eso si, con un mensaje de esperanza y un llamamiento a la bondad de la gente. Esa pobreza que antes veíamos tan lejana, en estos momentos se encuentra en el umbral de nuestras casas, eso, si no a penetrado ya.
EliminarUn fortísimo abrazo amigo y unas ¡FELICES FIESTAS!
Es un relato tierno y reivindicativo que nos recuerda la suerte que tenemos y nos acerca al verdadero espíritu de la Navidad, la alegría.
ResponderEliminarAunque en la vida real los finales no son siempre felices, sí es cierto que hay personas haciendo esfuerzos para que muchas familias puedan acceder a una vivienda digna, como no puede ser de otra forma. o no debería...
Te deseo una muy feliz Navidad ;)
Siempre se ha dicho, "los buenos amigos se ven si lo son, cuando realmente hacen falta", (muchos desaparecen). En cambio, en estos tiempos de penuria para muchas personas, parece ser que los buenos corazones se multiplican y de cuando en cuando escuchamos alguna buena noticia referente a la ayuda de alguna familia o persona necesitadas, en especial por estas fechas. Algo de mágico tienen estas fiestas, ¿no crees?.
EliminarQue pases unas ¡FELICES FIESTAS! junto a tus seres mas queridos.
Un fuerte abrazo Candela.
Paz y bien en tu Navidad!
ResponderEliminarMe alegra "verte" de nuevo Manuel María.
EliminarYo también te deseo que pases unos días extraordinarios estas fiestas. Claro, y todo el resto del año.
Un abrazo amigo.
Que precioso relato nos dejas hoy. Lástima que empiece siendo una realidad... y termine siendo ficción.
ResponderEliminaraunque... tal vez haya quien tenga suerte
Besos
No podía consentir que un "cuento de Navidad" acabase de malas formas. Aunque lo mas fácil que ocurra es que Julian cabreado por no poder dar de cenar esta Noche Buena a sus hijos le meta un ladrillazo a algún escaparate y se lleve un jamón, un queso y un salchichón.
EliminarDe todos modos, hoy en día hay mucha gente que se implica a la hora de ayudar a familias y personas necesitadas, gesto digno de alabanza.
Un beso y un fuerte abrazo mientrasleo.
¡FELICES FIESTAS!
Agradable e importante relato.
ResponderEliminarFelices Fiestas.
Gracias Doramas por tu visita y por tus estimulantes palabras.
EliminarYo también deseo que pases unas ¡FELICES FIESTAS! junto a tus seres mas queridos.
Un abrazo.
¡Hola amigo! gracias por tus elogios. Me alegro que te haya gustado esta novela, cuyo personaje principal aparece después en "La mujer que surgió de la bruma", que publicaré en Amazon.es
ResponderEliminarAprovecho para desearte Feliz Navidad y próspero año nuevo. Que sigamos leyéndonos por muchos muchos años. Un abrazo
Elogios realmente merecidos Víctor, me alegra que te hayas tomado tu aventura literaria con tanto ánimo, y deseo, que obtengas ese tan merecidísimo premio como es el reconocimiento a una buena labor ejecutada.
EliminarUn fuerte abrazo amigo y ¡FELICES FIESTAS!
Lo peor de todo es que habrá personas que estén sufriendo lo mismo que la familia de Germán y Sandra.
ResponderEliminarFeliz Navidad con las personas que quieres.
un gran abrazo
Así es Esilleviana, además no tendrán un final tan feliz como los protagonistas de este cuento.
EliminarIgualmente te deseo que pases unos días muy entrañables junto a tus seres mas queridos.
Feliz Navidad y un fuerte abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos Reyes Magos existen, amigo. Feliz Navidad y un fuerte abrazo
ResponderEliminarEsperemos que así sea y este año se esfuercen con los mas necesitados. Yo igualmente te deseo lo mejor en estos días Javir.
ResponderEliminar¡FELICES FIESTAS!
Un relato excelente, conmovedor y palpable. Te deseo un esplendido día de Navidad y un espectacular año nuevo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Sheol, yo también te deseo lo mejor para estos días y que el año que viene te sea favorable.
ResponderEliminarUn abrazo amigo. ¡FELICES FIESTAS!
Mi buen amigo, después de tantísimo tiempo por fin volvemos a hablar e intercambiar mensajes en los blogs. Es una gran alegría para mí y espero que nuestro intercambio sea tan fecundo cómo productivo. Mi más emotivo saludo y mejores deseos para éstas navidades y el año que en breve nos entra.
ResponderEliminarUn saludazo.
Hola C.S. Si, he estado un tiempo retirado de este maravilloso mundo blogger por cuestiones de trabajo, que me ocupaban la mayor parte de mi tiempo.
EliminarEspero que estos días festivos y el próximo año sean para ti y los tuyos muy felices.
Un fuerte abrazo, amigo.
Siempre he pensado y la realidad lo demuestra , que somos los humanos , los REYES MAJOS , LOS DEMONIOS.. y alguna que otra bestia mas.. o ÁNGELES..según nuestros actos..
ResponderEliminarMuy bonito relato y final feliz !
Felices fiestas !!
Me alegra que te haya gustado, no quería que este cuento acabase mal como en realidad suele ocurrir en la vida real.
EliminarPienso igual que tu, y que salvo por los fenómenos naturales, somos los responsables de todas las desgracias que ocurren en este planeta. Si bien es cierto, que en ocasiones los buenos actos de algunas personas, nos devuelven la esperanza hacia el ser humano.
Un fuerte abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar